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Víctor García.


Conocer la vida y la obra de Víctor García, podría considerarse lo mismo. Es encontrarnos con un personaje de entrañable amor e incontenible pasión por el conocimiento de los hechos y la realidad de nuestro mundo. Esto lo llevó a recorrer grandes distancias, a no conformarse con aquello que estaba a primera vista y entregar su conocimiento a la construcción de una realidad distinta. Y es que Víctor García fue un pequeño obrero del ideal, tratando a diario de armar esos pequeños puentes que unen realidades con utopías. Como el mismo escribiría: la libertad se conquista todos los días a pesar de que se pueda ganar en un efímero momento de lucha. Lo meritorio es el esfuerzo cotidiano para conservarla[1]. Y vaya que su vida fue un ejemplo de ello.

Tomás Germinal Gracia Ibars (quien firmaría innumerables artículos, folletos y libros con el seudónimo de Víctor García) nació en Barcelona un 24 de agosto de 1919 en el seno de una familia modesta.

Desde temprana edad Mequinenza, en Zaragoza sería su hogar, desde donde el levantamiento franquista lo sorprendería. Germinal Gracia se había incorporado a las Juventudes Libertarias (JJ.LL.) desde los doce años. Su corta edad no impidió que nuestro compañero desarrollara un gran compromiso por la lucha. Desde aquel penoso dieciocho de julio del 36’, con apenas dieciséis años de edad, su personalidad comprometida con la realidad lo llevó a incorporarse al frente de batalla, teniendo que falsificar la firma de su fallecido padre. Lo cual era necesario para poder ingresar a su corta edad; hecho no muy curioso en un joven con un firme carácter revolucionario. Fueron pocos los días que Germinal permaneció en el frente, a consecuencia de esto.

Devuelto a Barcelona al descubrirse su verdadera edad, se une al grupo “Los Quijotes del Ideal”, quienes editan una revista semanal dedicada a la sociología, la ciencia y el arte.[2] Y no es sino hasta el año 38’donde logra incorporarse de nuevo al frente, a la columna que llevó el nombre de Durruti. Donde es herido y posteriormente se exilia en Francia. Sin pensar que los duros días no terminaban y que los campos de concentración franceses serían la continuación del fascismo ya reinante en Europa. Aun así, nuestro compañero no se limitó a los alambres de púas y las vejaciones a las que era expuesto. Cada libro en mano de un compañero anarquista era un tesoro donde se cultivaba el amor a la ciencia y la filosofía. Verdaderas escuelas itinerantes se formaban en manos de los exilados en los campos, enemigos acérrimos de la ignorancia.

Llevado de un campo de concentración a otro, en 1944 cuando es trasladado a un campo nazi, en Alemania, logra fugarse antes de cruzar la frontera. De forma inmediata entra en contacto con los compañeros anarquistas en Francia y forma parte de las Juventudes Libertarias en el Exilio, siendo luego secretario general de la misma.

Germinal ve en la caída del fascismo alemán e italiano una esperanza de que Franco cayera de la misma forma. Entra así de forma clandestina a España y forma parte de la resistencia, donde es capturado y puesto en prisión en la Cárcel Modelo de Barcelona. Cumple ocho meses de prisión y edita un pequeño periódico dentro de la misma. Hasta que es puesto en libertad en 1947, donde en seguida se encamina a Venezuela.

El 24 de diciembre de 1948 Germinal Gracia (Víctor García) llega a estas tierras, con la misma actitud libertaria que lo había acompañado desde su infancia. Para 1955 comienza su travesía que busca ver más allá nuevas geografías, adentrándose a personalidades y culturas, reconstruyendo pasados en muchos de sus escritos y edifica presentes. Este Marco Polo del anarquismo nos deja un legado excepcional de escritura. No hubo continente que este hombre no pisase. Desde las regiones gauchas de la Argentina, pasando por el altiplano chileno, hasta el océano pacífico, donde llega a Panamá para embarcar inmediatamente a las costas asiáticas nos da una muestra de su nomadismo. Que se tradujo en libros y artículos de un verdadero historiador ácrata.

Visitó tierras africanas, trabajó con los Kibuts en Israel. En Germinal no necesitamos de la fantasía para comprender lo insólito de su vida como militante. Y es que haber vivido un exilio de peligro, aventuras, y errabundeos, pueden ofrecernos lecturas sin necesidad de acudir a la ciencia ficción. Y así durante cinco años, no hubo medio de transporte que Víctor García no usase y completara así la vuelta al mundo.

En Germinal Gracia no se puede contemplar la idea del turista, ni un mero espectador que se conformaba con lo aparente. Su gran capacidad para la lectura, su curiosidad natural y su entrega libertaria lo ayudaron en más de una ocasión para dejarnos una crítica limpia, de aporte sólido sobre las luchas y los problemas en cualquier parte del mundo.

En 1962, de regreso en Caracas, comienza la publicación de la revista RUTA órgano de la federación de juventudes libertarias, que desde entonces hasta 1966, fecha en la que decide trasladarse a Francia, publica no menos de 47 números. Colabora incesantemente con compañeros libertarios de México, a la revista Tierra y Libertad, en la construcción de la Enciclopedia anarquista, de la cual sólo salieron dos tomos. Escribe libros, se traslada de un sitio a otro, Francia, África, España... y como nos cuenta Antonio Serrano, este hombre no leía, sino devoraba libros.

Conocimiento que fue plasmando a lo largo de su vida en muchos títulos. Entre ellos destacan América, hoy (1956); El Japón, hoy (1960); Escarceos sobre China (1962); el pensamiento anarquista (1963); La internacional Obrera (1964); El sureste asiático (1966); Coordenadas Andariegas. México, Panamá, y océano pacifico (1963); Bakunin hoy (1974); Museihushugi (1976); El pensamiento de P. J. Proudhon (1981); La sabiduría Oriental: Taoísmo, budismo, confucionismo (1985). Hasta llegar a dos de sus mejores obras a mí parecer: Utopías y anarquismo (1977) donde desarrolló un análisis de la literatura utopista y la utopía pesimista hasta sabios ensayos sobre anarquistas como Goodwin, Proudhon, Bakunin y Kropotkin. O su colosal Obra Antología del Anarcosindicalismo (1988) en que logra ensamblar 100 subtemas seleccionados de 800 citas tamizadas de 400 libros y 50 colecciones revistas y periódicos. Con la intervención de 200 autores. Este colosal libro hecho a la manera de una Enciclopedia contiene un temario amplio en cuanto a exposición e ideas, libre de toda concesión dogmática. Y es que el legado dejado por las acciones y las ideas de los anarcosindicalistas poco a poco se han ido disgregando en muchas otras corrientes del anarquismo.

Germinal Gracia falleció en Francia a la edad de setenta y un años, en 1980 a causa del cáncer. Después de haber recorrido centenares de kilómetros de conocimiento, objetando donde le fuese necesario, aportando donde creyese posible. Y sobre todo, no escatimando esfuerzos en su lucha por ver una sociedad nueva, libre de amos y explotados. Su cuerpo fue trasladado a la biblioteca que él mismo pretendía fundar como B.A.S.E. (Biblioteca y Archivo de Sociología y Economía) desde donde fue enterrado la mañana del 11 de Mayo.

[1] García, Víctor; Antología del anarcosindicalismo; RUTA-B.A.S.E.; 1988; Pag. 31. [2] Díaz, Carlos; Víctor García, el Marco Polo del anarquismo; Madre Tierra; 1993; pag. 23
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